Plantación indiscriminada de árboles
Miles de arboles que modifican el diseño original del Parque Tres de Febrero.
La plantación indiscriminada de árboles efectuada por el propio GCBA, se contrapone a La ley 1.556 tiene por objeto proteger, preservar y resguardar el medio ambiente de la Ciudad de Buenos Aires a través de una política racional del arbolado público urbano. Sin embargo, las ONG’s que destinan sus actividades a cuidar el parque, denuncian una plantación indiscriminada de árboles alterando el diseño original del parque, sin respetar los espacios necesarios para su normal desarrollo, produciendo la densificación desmesurada de la masa arbórea y modificando sustancialmente grandes sectores del parque, ya que han sido plantados masivamente ejemplares de ginkgo biloba en competencia con tipas, robles y jacarandás casi centenarios.
La Asociación Amigos de Lago denunció las alteraciones en el Bosque plantado en homenaje a los chicos de Cromagnon, ya que el bosque original de 194 árboles ha sido alterado y rodeado de una plantación indiscriminada donde no se sabe cuáles corresponden a la flora natural, y cuales son una conmemoración a las víctimas. Este bosque se plantó sobre un sector recuperado al Club de Gimnasia y Esgrima.
El arquitecto Carlos Jose Luit, denunció que mientras que en un sector del parque se está cambiando la flora, y plantando árboles que pueden ser incompatibles no solo con el terreno en sí, sino entre sí, contrariamente el Club de Gimnasia y Esgrima está talando árboles y construyendo una cancha de fútbol, pavimentando para ello una hectárea, y solicito a la Fiscalía que tome intervención, ya que el club no es propietario ni tiene título alguno para ocupar dicha fracción de tierra; tampoco hay cartel de obra ni otro indicio de que el Gobierno de la Ciudad haya permitido esos trabajos.
Asimismo, Gerardo Schiopetto, denunció que el Club de Gimnasia y Esgrima usurpó dos hectáreas de parque público sobre los espacios verdes públicos adyacentes a su Sede Gral San Martín, en el Parque Tres de Febrero, y sobre uno de ellos, taló un bosquecillo de robles y varios eucaliptos para hacer canchas de rugby.
En concordancia con el artículo 5 de la Ley Nro. 658 de creación del Parque Tres de Febrero se determinaba la introducción de aquellos ejemplares de la flora autóctona que por su rareza o utilidad fueren considerados de interés para su difusión y para su preservación mediante el cultivo.
El mal manejo del bosque puede aumentar la erosión y sedimentación de los recursos acuáticos, interrumpir la hidrología, causar mayor inundación, escasez de agua y degradación de los ecosistemas acuáticos.
La intervención directa en la forestación muchas veces realizadas con ejemplares que no se conoce si son los más adecuados para dicho espacio, generan que, pese a que los árboles se adapten, terminen sacrificados por las condiciones en que deben crecer.
Por otra parte, un 87% de los árboles del parque padece algún tipo de interferencia que afecta su normal crecimiento. Cables aéreos, zanjas subterráneas, veredas rotas, entre otras causas, interfieren en el desarrollo de los árboles.
Otro 13% por ciento sufre algún tipo de maltrato por carteles o cestos de residuos clavados en sus troncos, pintadas con aerosol, hilos de pasacalles y troncos destrozados o quemados. La mayoría de los ejemplares suelen adaptarse pero termina teniendo una vida útil mucho más corta.
Al ser el parque un área de protección histórica las especies vivas de animales o plantas, de interés estético, valor histórico o científico, deberían ser inviolables, no pudiendo realizarse en ellos o respecto a ellos actividad alguna, con excepción de las inspecciones oficiales e investigaciones científicas permitidas por la autoridad de aplicación, y la necesaria para su cuidado y atención de los visitantes.
